domingo, 20 de enero de 2013

De la infancia con Charly


He andado reflexivo sobre mi infancia, mientras más la pienso más rara creo que fue, tal vez no así; pero si muy particular. No puedo recordar el primer momento en que oí a Charly García, pero puedo tener un recuerdo de la sensación que me producía oírlo.


Siento, sentía, una oscuridad embriagadora de lo más rara. Era oscuro, tal vez por lo reflexivo, aunque no ponía mucha atención a las letras, pero la música es y era algo impresionante, se volvía hipnótica hasta cierto punto.

Hace un tiempo mi madre y mi tío recordaban el miedo que me producía la canción de Los dinosaurios , algo, que según yo escondía muy bien, siendo un niño no creo que haya algo que se esconda con tanta precisión.

La cosa es que la música me perturbaba bastante, me hacía sentir indefenso y como si algo malo fuera a ocurrir. Cada vez que la oigo regreso a la atmósfera sombría y reflexiva de cuando niño, a pensar que hay cosas más allá de lo que entiendo y que algo fuera de mi control sucederá. También recuerdo a mis tíos y padres platicando mientras se oía de fondo la canción.

Lo raro es que el gusto no perduró, se me apagó durante un tiempo, cuando fui adolescente. Recordaba aquellas canciones que se repetían por ahí  y se me hacían cosa del pasado, de niños. Entré a filos y seguí de lejos, con el amor escondido por aquellas canciones, el rumbo de aquello que escuchaba de niño. En una ocasión de embriaguez me dijo: "eso deberían de pensar en tu facultad"; se me quedó con los años, como el gusto por lo otro. Y despertó hace no mucho, regresé a oír lo de antes, con otros oídos y con otra cabeza. Todo encajaba, era perversamente genial, oía y comprendía, las canciones me decían mucho, estaban hechas para mí o yo para ellas.

Así, pienso en el peso que tuvo aquello en mi vida, en el proceso inconsciente que parece mostrarse ahora. Hay una nostalgia de la niñez -casi todo el mundo la vive- la mía va acompañada de ese soundtrack y de la idea de construir algo que se parezca a mi niñez pero con otra cabeza y otros oídos.

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