viernes, 11 de octubre de 2013

Lo inmortal

Estoy en la gran crisis. No estructuro aún, divago.

Pensé en el hombre inmortal, el que no muere y vive por siempre. Vive; pero debe sufrir. La vida importa si se sufre?

En mi sentir sombrío de insomnio y desesperación creo que no, no vale la pena vivir en sufrimiento. 

Quiero ser optimista y pensar que el sufrir es un síntoma del deseo, que deseo y valoro y por eso debo seguir. 

Pero tal vez es inalcanzable u oscuro, como la vida de aquel que no muere y no sabe si morirá algún día o no. 

He pensado que todo es un sin sentido, un rompecabezas en donde todas las piezas embonan unas con otras y sin un dibujo reconocible. Yo decido donde van y la figura que forman. El que no muere también sólo que sus piezas son incontables como lo eterno. El infierno, se aparece el sin sentido y el vacío, hay un fin desconocido. El sentido de que no hay más. 

Igual que con mi rompecabezas de hombre finito. El triángulo del deseo, deseo pero hay un obstáculo, parece que sólo así entendemos el deseo. Tal vez por eso no estoy bien. 

Aceptar mi condición y trabajar en ella, ahí he quedado y de ahí parto. 

El mortal y el inmortal aceptan su condición, hacer frente es hacer camino y hacerse a uno mismo. El supuesto de la duración de la vida es sólo una herramienta.

Aquí estoy y debo esperar, ahora me tocó ir despacio y pensarme otra vez. 




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