domingo, 16 de marzo de 2014

Leer a alguien más como leerse a uno.

Las palabras entran en ráfagas, cortando la angustia y aminorando el dolor. Cómo fue escrito esto para mí, de qué forma se alineó el mundo para poder conversar con ese sentimiento. 

Sigo en el dolor, leyendo sobre él y dentro de él. Mi pena proyecta la silueta de lo que espero, se alumbra mediante las palabras de alguien mas. Pero tengo miedo de que la luz proyecte una realidad disonante. Me doy cuenta del valor de lo simbólico, de lo intangible o de aquello que se escurre entre los dedos. 

Miedo a vivir, miedo a sentir. Al mismo tiempo entregarse al ritual sin pensarlo desde fuera, vivirlo, sufrir y gozar dentro de él, para al final percibir que es algo creado y no propio de lo real, así darme cuenta de que yo también soy un relato. 

Las palabras de otros me conforman, las palabras del mundo filtradas por mi sentimiento, que seguro hablaran a alguien mas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario